viernes, 3 de diciembre de 2010

4 DE DICIEMBRE DE 2010

LA NECESIDAD DE UNA SEGUNDA TRANSICION EN ANDALUCIA

 
El 4 de diciembre de 1977 los andaluces reclamaron en la calle su identidad como pueblo, reclamando la autonomía plena en plano de igualdad a los demás pueblos del Estado Español. Era la época de la transición política de un estado autoritario y centralista a uno democrático y descentralizado. Era una época de grandes esperanzas e ilusiones.

Fue una sorpresa, nadie esperaba que el pueblo andaluz pudiera dar esa respuesta unitaria, no sólo en Andalucía sino en Madrid, Barcelona y otras capitales de España. Fue una ilusión, los poderes tenían otros planes y vendría la Constitución de 1978, creando un estado asimétrico donde no todos somos iguales, pero los andaluces no nos resignaríamos y volveríamos a dar la sorpresa un 28 de febrero, en un referéndum preparado para que lo perdiéramos, y romperíamos el espíritu de la Constitución de que la autonomía política sólo fuera para vascos, catalanes y gallegos y el “resto” solo tuviéramos una mera descentralización administrativa, de nuevo los andaluces dábamos la sorpresa.

El paso de las décadas ha reflejado que ese espíritu se ha mantenido, el Estado Español en vez de acabar en un estado federal, donde hubiera un marco de igualdad para todos los pueblos, cada día avanza más en la asimetría, sobre todo en lo político y en lo económico. El resto, se sigue utilizando ese término, donde nos quieren colocar a los andaluces pese a ser la autonomía más legitimada en la vía del artículo 151 de la Constitución, es la segunda categoría y cada día se aprecia más el diferencial con las comunidades autónomas privilegiadas.

Ahora estamos en una época de pocas ilusiones, sobre todo en nuestro pueblo donde la crisis económica asola más duramente que a otros pueblos de España, basta ver las cifras de desempleados o de los índices de pobreza.

La razón de esta situación más grave en la crisis está en la perdida de pulso político de Andalucía, la cual viene determinada principalmente por el partido que ha gobernado la Junta de manera interrumpida durante treinta años, el PSOE, que ha estado más preocupado en permanecer en el poder y ocupar todas las esferas de la sociedad andaluza que en generar estructuras de desarrollo político y económico en nuestra tierra, aunque para ello tuviera que adormecer a los ciudadanos y ciudadanas para que no diéramos más sorpresas.

El PSOE y el PP, partido mayoritario de la oposición, siempre han estado y están más pendientes de sus sedes centrales de Madrid que de un proyecto autonómico para Andalucía, sino baste ver como cambian sus posturas en temas concretos dependiendo quién era el partido que gobernaba en Madrid, como es el caso de la deuda histórica o la liberación de los peajes de la autopista Cádiz-Sevilla, por poner dos ejemplos fácilmente recordables.

Los andaluces en estos momentos difíciles políticos y económicos debemos decidir si nos conformamos con ser una colonia interior dentro del estado, donde pintemos muy poco a la hora de decidir el presente y el futuro de España y el propio nuestro, o promover una transformación profunda de nuestra tierra y ser sujetos activos de España y de nosotros mismos.

No puede ser que Andalucía, por población, por territorio, por historia y por cultura, tenga tan poco poder económico y financiero, como se refleja en que en la reunión de Zapatero con 37 empresarios, sólo hubiera una empresa andaluza; como es que no haya un solo banco propio y las cajas de ahorros en vez de haberse unido en una sola gran caja andaluza, como brazo financiero de la comunidad autónoma, se esta plegando a otros intereses como paso con CAJASAUR, entregada por decisión política al BBK, caja vasca, como parte del pago político al PNV del apoyo de los presupuestos generales del estado 2011 de Zapatero, o que CAJASOL vaya por libre y se integra en una coalición variopinta de cajas. Esta falta de poder económico se trasluce en que las cifras de parados son muchos más elevadas que el resto del estado español y ya no digamos de la Unión Europea, que los índices de convergencias no disminuyen, que la mayoría de las empresas donde compramos tienen sus domicilios fiscales fuera, principalmente Madrid y Barcelona, siendo allí donde pagan sus impuestos, que no tengamos una estructura económica en consonancia con pertenecer a la Unión Europea, por ello, tenemos muy claro que la toma de decisiones económicas se hacen desde fuera y sin contar con nuestros intereses, ejemplos hay de sobra desde la industria a la pesca pasando por la agricultura.

Los andaluces tampoco contamos con poder político andaluz, la propia Junta tiene poco peso político, esta subordinada. Ejemplar docilidad es como se llama al Presidente Chaves a Madrid a un puesto secundario y se va, exactamente igual que cuando lo mandaron venir, nombrándose sustituto al Presidente Griñan, un Presidente designado, no elegido, desde Madrid, desconocido por gran parte de sus votantes y con cierto rechazo entre los suyos. Esto explica que el designado Presidente clamó por que CAJASUR fuera entregada a otra caja andaluza y no le hicieran nada de caso, quién lo designó fue Zapatero. La misma dependencia podríamos hablar de los diputados y senadores a los que no se les escucha su voz hablando de Andalucía, acaso en los debates del estado de España ¿alguien la nombró?

Entramos en una etapa de cambios, es necesaria una nueva transición en Andalucía, que debe de tener como eje fundamental acabar con ese espíritu constitucional de la asimetría. Todos los pueblos que componen el Estado Español deben de estar en un plano de igualdad, para ello, hay que dar el paso del estado autonómico al federal, hay que cerrar ese continúo regateo de competencias que favorecen la desigualdad y siempre van a en detrimento nuestro. Hay que hacer un transformación en las esferas políticas, económicas y sociales si queremos que Andalucía no sea el tercer mundo dentro de Europa y ello depende de los andaluces, abandonando el letargo auspiciado desde el PSOE y recuperamos el espíritu del 4 de diciembre de 1977, adaptado al siglo XXI, al 2010, en defensa del estado del bienestar social, priorizando la creación de empleo productivo, auspiciando la democracia participativa con modificación del sistema electoral, buscando una economía sostenible en contra de la especulativa, en defensa del medio ambiente, de la legalidad, de la separación de poderes, de la no-violencia…. de la vuelta a los principios y valores.

Esta claro que esta transición no va a venir desde el PSOE, instalados en el poder treinta años, pero tampoco en el PP, que simplemente creen que ya les toca a ellos por pura alternancia política llegar al poder pero sin ningún proyecto propio autonómico para Andalucía. Esta claro que los únicos que sólo tenemos un fin último en Andalucía somos los andalucistas, no tenemos sedes en Madrid ni nos interesa, y por ello somos los únicos que estamos ilusionados en una nueva transición transformadora de la realidad de Andalucía y que a la vez lleve al Estado Español un modelo mucho más integrador e igualitario de los ciudadanos y de los pueblos.
Ramón Sánchez Heredia